Este proyecto está siendo realizado por un grupo de científicos argentinos del Instituto de Ciencias Ambientales y Salud de la Fundación Prosama, que llevan un tiempo trabajando en la eliminación de los sulfitos que se emplean para inhibir el crecimiento de microorganismos indeseados en el proceso de elaboración del vino.
Se emplean nanopartículas de plata que recrean las propiedades de los sulfitos para la producción de vinos, actividad que se ejecuta en el Instituto Nacional de Vitivinicultura con la dirección de Humberto Manzano.
Pero en virtud de que el valor máximo admitido de plata por la Organización Mundial de la Salud es de 0,1 miligramos por litro, el siguiente paso de los investigadores fue desarrollar dos estrategias para sacar esas nanopartículas del vino.
Empleo de caolín
El primer método consistió en agregar hierro a las nanopartículas de plata para, luego, extraerlas mediante un campo electromagnético, como si fuera un imán. Pero su costo a gran escala en bodegas es alto. Un enfoque alternativo, probado por el equipo, se basó en la formación de un complejo de las nanopartículas de plata con caolín (roca pulverizada de muy bajo costo), que permite su extracción después de la fermentación mediante un simple filtrado del vino. «Incluso estamos evaluando la posibilidad de reutilizar el complejo y por último recuperar la plata cuando ya no resulte eficiente para producir vinos»han indicado.