¿Podemos maridar las ensaladas con vinos?.Ahora que llega el calor y las ensaladas abundan en las mesas, llega la eterna pregunta de que vino escoger. Ya hablamos en algunas ocasiones que las ensaladas son de los platos más difíciles de maridar. Pero no imposibles. Hoy vamos a ver algunas alternativas de maridajes ensaladas y vinos que esperamos que os gusten.
La base de las ensaladas como las solemos hacer en verano puede variar. Podemos elegir lechuga (u otras de hoja verde), pasta, arroz, patata o legumbres. Elegida la base de nuestra ensalada, pasamos a escoger si queremos añadirle verduras o frutas. Pimientos, calabacines,…, peras, manzanas, piña,…. Infinitas combinaciones. Podemos por ponerle la parte de las proteínas, o sea, carnes o pescados fundamentalmente. Pollo, taquitos de jamón cocido, pavo, atún, pero también quesos o huevos. Podemos añadirle a la ensalada especias y/o frutos secos para darle algún toque exótico. Por último el aliño o aderezo que le queramos poner.
¿Os podéis imaginar la infinidad de ensaladas que se pueden hacer combinando todo lo dicho?. Malo será que no encontremos vinos para maridar con ellas.
Pero si recordáis un artículo que os dejamos no hace mucho, Alimentos que no maridan bien con vino, os puede dar una idea de que evitar en la ensalada porque complican el maridaje: alcachofas, espárragos, algunas hortalizas de hojas verde y añadimos los huevos cocidos, ya que se trata de un ingrediente que impide a las papilas gustativas percibir sabores.
También hay que tener mucho cuidado con el aliño, aderezo o vinagreta escogido. La acidez de una vinagreta mata a los taninos del vino y las sensaciones de acidez y dulzor que puedan tener.
Una ensalada por ejemplo con una vinagreta necesita de un vino con acidez elevada. Un Sauvignon Blanc, un Ribeiro joven o un Txacolí, podrían ser buenas combinaciones.
Pero vamos con ensaladas exóticas que hemos hecho la receta en este magazine.
En su origen como ponemos en la receta no llevaba pollo, pero ahora se suele poner. Si no lleva pollo, un vino espumoso es ideal. En el caso de que llevase pollo, junto al queso parmesano, mayonesa y mostaza, un vino rosado con cuerpo nos parece una buena opción. Bien fresquito.
El queso feta es la característica fundamental de esta ensalada. Lleva muchas verduras frescas. Aliño de orégano y vinagre y aceite de oliva. Volvemos a creer que un espumoso es muy interesante. Si no abusamos del aliño, un Albariño o un Riesling serían dos buenas opciones de vinos blancos.
Una ensalada con tomate, albahaca y mozarela. Y poco más. Sencilla y perfectamente amoldable a muchos vinos. Un Pinot Noir fresco, un Mencía Joven o cualquier tinto sin crianza se nos antojan excelentes maridajes.
Una ensalada en la que abundan las especias orientales, el jengibre, con pollo y fideos de arroz. Complejidad de sabores que necesitan algún vino neutro. Un Gewürztraminer sin duda o un Riesling no muy dulce, podrían ser maridajes muy resultones.
Depende mucho de lo que le acabemos poniendo al arroz. Ojo que este arroz es especial para ensaladas. Pero en la que os proponemos nosotros hoy no ponemos ninguna proteína en concreto. Esto nos hace a que nos orientemos por un vino blanco como un Verdejo o incluso un Godello joven. Si vamos a varietales de fuera, quizá un Viogner sería una posibilidad. Cabría un rosado ligero.
La variedad de pasta que podemos escoger para elaborar una ensalada es infinita. Depende de como la combinemos nos dará un abanico de maridajes amplio. La opción que os planteamos hoy, sin duda iría acompañada de un rosado bien fresquito.
Ni que decir tiene que donde ‘fueres, haz lo que vieres’. Una ensalada alemana suele ser maridada con Riesling de bastante cuerpo. pero algunas, como es el caso de nuestra opción, ‘alemana de patata’ incluso con un vino tinto no de crianza podría maridar bien.
Receta libanesa. La elaboración es muy pero que muy sencilla, pero los toques de hierbas frescas y el aliño, le da una acidez fuerte. Como antes, recomendaríamos un vino con acidez que le apoyase. Un Sauvignon Blanc o similar.
La presencia del pulpo en una ensalada son palabras mayores. Sabor a mar por los cuatro costados. En ensaladas suele llevar una vinagreta fuerte que la acompaña, con lo cual debemos escoger un vino que potencie. Un vino atlántico sin duda. Un Albariño sería nuestra mejor opción.
Repetimos lo dicho al principio: mucho ojito con las verduras. Poner pimiento dulces, necesitará de un vino que lo contrarrestre. El maiz dulce lo mismo. Admiten estas ensaladas muchas verduras, pero los maridajes hay que hacerlos con ojo. Nosotros en nuestra propuesta de hoy nos decantamos por un vino rosado con cuerpo o un tinto joven o con muy poca crianza.
Todas estas recetas son sugerencias que podéis adaptar a vuestros gustos. Pero os recomendamos seguir los consejos del inicio para conseguir sacarle el mayor sabor al plato.
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