Hoy aprovechando que el lunes es el Día Mundial de la Pasta, os proponemos este maridaje que nos ha encantado. Se trata de unos Macarrones con jamón y champiñones maridado con un Reserva Pinot Noir.
Este maridaje nos ha encantado ya que un plato de pasta sencillo, como son unos macarrones, cogen una personalidad propia al emplatarlos con una salsa de tomate con jamón y champiñones. Para un buen maridaje buscamos un vino tinto con personalidad pero a la vez que resulte fresco y ligero dentro de la complejidad. Y esto lo conseguimos con en Pinot Noir, un vino que pese a ser Reserva (en este caso añada 2013), conserva el frescor y la delicadeza típicos de esta varietal, mostrando una personalidad propia. En concreto hemos escogido este Reserva Pinot Noir Casillero del Diablo, de la bodega chilena Concha y Toro.
Por un lado prepararemos la pasta. Emplearemos:
Ponemos a hervir el agua con sal (1 litro por cada 100 gramos de pasta y 10 gramos de sal). Cuando el agua rompa a hervir, echamos los macarrones y bajamos el fuego a nivel bajo para que se hagan bien. Más o menos tendremos que esperar entre 8 y 14 minutos, dependiendo del fabricante.
Retiramos del fuego, escurrimos, pasamos por agua fría para cortarles la cocción. Reservamos espolvoreando por encima orégano para que vaya cogiendo sabor la pasta.
Vamos con la salsa:
Lo primero es trocear mucho los champiñones tras lavarlos y limpiarlos muy bien. Los ponemos a saltear en una sartén con una cucharada de aceite. Se salan y se les añade pimienta blanca. Se pican los ajos muchos y se doran todos. Cuando esté dorado, ponemos el jamón cortado en taquitos y cuando se haga, se añade el vino. Esperamos a que se evapore el alcohol y añadimos la salsa de tomate. Revolvemos bien y dejamos a fuego muy bajo unos 10 minutos para que se mezclen bien los sabores.
Ya solo nos quedará emplatar:
El Pinot Noir, además de ser uno de los vinos de moda dentro de los tintos, es un vino que une la frescura y la personalidad, siendo ambas cosas ideales para combinarlo con este plato con base de pasta pero con dos ingredientes llenos de sabor como son los champiñones y el jamón serrano.
Es un vino que ya nos anticipa su finura y personalidad con su color brillante y suave rojo rubí.
En boca presenta una gran carga frutal, imagen de su frescor, pero con una personalidad y vigor que le viene dada por su paso por barrica.
Cuando lo probamos, vemos su elegancia con una gran carga frutal y una buena acidez, que combina en especial muy bien con el dulzor de la salsa de tomate. Paso elegante y lleno de fruta con buenos taninos, y persiste en el retrogusto la carga frutal. O sea, un vino ideal, que es fino, elegante, pero fresco y potente.
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