Los amantes de la carne hoy creemos que van a estar contentos. Os habíamos dejado anteriormente una receta parecida que era la de Costillas de cerdo en salsa de cerveza, mostaza y miel con pimientos de Padrón, en la cuál se horneaban las costillas y posteriormente se le iban añadiendo ingredientes en el horno.
Hoy os traemos una receta parecida pero con procedimientos diferentes y la acompañamos en este caso de arroz y champiñones como guarnición. Costillas agridulces a la cerveza negra, siendo lo agridulce una mezcla de mostaza y miel.
Si probáis las dos recetas veréis que el resultado en las costillas a la vista es similar pero al sabor y a la textura es diferente
Mientras que en la primera receta al coger la carne se desprendía prácticamente toda del hueso al meterla en la boca, en esta receta de hoy tenemos que morder la carne. No quiere decir que no quede jugosa, que sí que queda, pero no se desprende sola del hueso. Esto es debido a la forma de la preparación. La primera al ir todo el rato por horno la carne va sacando sus jugos lentamente y queda completamente despagada del hueso y con solo un toquecito en la boca sale. La receta de hoy, al sellarla primeramente en la sartén, crea una capa por encima de la carne (muy ligera, eso sí) que hace que al pasar por el horno no suelte tan fácilmente sus jugos, con lo cual queda más sujeta al hueso.
Cualquiera de las dos recetas es espectacular para los amantes de la carne y solo depende de como os guste más o como preferiráis ese día hacerla.
Vamos con los ingredientes:
Son parecidos los ingredientes pero la elaboración es sustancialmente diferente.
Lo primero es poner a precalentar el horno a 180º.
Troceamos la costilla a la que salpimentaremos y echaremos un poco de tomillo. Cortamos uno de los dientes de ajo y muy picado se lo echamos por encima. Esperamos unos diez minutos que los sabores penetren en la carne mientras ponemos una sartén al fuego con un poco de aceite. Cogemos las costillas de dos en dos o de tres en tres (no más) y las vamos pasando por la sartén hasta que queden selladas por todos los lados. Las ponemos en un plato a escurrir el aceite.
En una taza ponemos la miel y la mostaza, revolvemos bien y pintamos las costillas.
Sacamos nuestra bandeja de horno o fuente y las colocamos y las horneamos unos 12 minutos.
Mientras, tenemos los champiñones cortados y salpimentados y los ponemos en la sartén con los dos dientes de ajo cortados muy finos y los salteamos.
Pasados los 12 minutos, sacamos a fuente del horno y echamos la cerveza por todo el recipiente y volvemos a meterlas al horno un máximo de 10 minutos.
Sacamos y emplatamos con el arroz que habremos hecho normalmente y lo ponemos en el plato con unas costillas escurriditas y por encima unos champiñones salteados.
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