Desde que el mundo del vino existe como transacción económica, algo se ha buscado siempre que llame la atención en un vino para que ayude a venderse. Algunos vinos son conocidos por su indudable marca de calidad, lo cual ya es garantía de éxito.
En otras ocasiones el papel del marketing se ayuda del sentido de la vista, es decir, de las etiquetas, diseños de botellas y todo aquello que se percibe por los ojos. De esos vinos ya os hemos hecho dos artículos, cada uno con 101 etiquetas que nos parecen originales y rompedoras.
Y hoy os vamos a dejar otros vinos que son conocidos no por la vista, sino por el oido, es decir, que tienen nombres pensados por los ‘marketeros’ que resultan llamativos y que los conocemos sin haberlos visto en la vida ni probado. En algunos casos se unen etiquetas y nombres como reclamo publicitario, pero nosotros nos enfocamos aquí por el nombre.
Os dejamos unos cuantos ejemplos aunque hay muchos más.
¿Con un par de qué? Expresión más que popular que se usa coloquialmente para referirnos a los atributos masculinos. Nombre que seguro que se te queda a la primera.
No se que famosillo actor norteamericano le dio por beberse una copa de este vino y de pronto se puso de moda. Lógicamente hablamos del Follador, Bodegas Follador, Prosecco Valdobbiadene DOCG, Veneto, Provincia de Treviso, Italia. ¿Quién le iba a decir a la familia italiana de insigne apellido allá por el siglo XVIII cuando le dieron lo que sería la licencia para crear vinos en Italia que tres siglos después se iba a seguir hablando de sus vinos? La fama del nombre, en este caso no acompaña a la calidad del vino. El Follador que hemos probado es, simplemente, un vino más.
Bitch, lo que traducido todos sabéis bien lo que significa (señorita meretriz que cobra por sus servicios sexuales). Mundialmente conocido.
No solo en nombre, sino también en diseño. Los vinos que elaboran uno por cada pecado capital, no dejan de ser llamativos siempre. Eso de ‘ponme un lujuria o un ira’, no deja de sonar chocante. De la Bodega 7 Pecados, una pequeña bodega riojana, impulsada por el tesón de cuatro soñadores –dos bodegueros, un restaurador y un diseñador– relacionados de una u otra forma con el mundo del vino. La bodega está enclavada en España, en La Rioja, concretamente en la localidad de Oyón (Rioja Alavesa), cuna de grandes vinos de esta denominación calificada.
Gran Cerdo de Bodegas The Wine Love, DO Rioja, Fuenmayor, La Rioja. No se si el nombre o la dedicatoria es lo mejor. En la etiqueta se lee: Corpulentos, sudorosos y trajeados personajes, algún día descubriréis que las cosas más importantes de la vida no se pueden embargar. Gracias a los amigos, pues con su ayuda conseguimos al fin hacer el embotellado. Ahora puedes disfrutar de nuestra criatura más ácida, pruébalo con pasta o jamón, de cerdo», dedicado a los directores de banca que denegaron a su creador el préstamos para poder hacer este vino.
Le Vin de Merde de Bodegas Jean-Marc Speziale, Vin de Pays de l´Hérault, Languedoc-Roussillon, Francia. Es como le llamó a su vino porque muchos eran los que decían que con viñedos en esa zona era imposible elaborar vinos. Pues eso, vino de mierda.
De Puta Madre de Bodega El Albar Lurton, o El Perro Verde, por raro que parezca, son nombres ingeniosos de esta DO.
Jesus Juice, más que el nombre solamente, es el asociarlo con la etiqueta lo que lo convierte en irreverente para algunos y creativo para otros. Un mix entre Jesucristo y Michael Jackson que no deja de ser algo llamativo.
Es el nombre de unos productores que elaboran vinos en diferentes zonas de España en colaboración con diferentes bodegas y a los que les ponen nombres realmente originales, haciendo honor a su denominación. Por todos conocidos vinos como el Teta de Vaca, Vinos Divertidos, Bodegas y Viñedos del Jalón, DO Calatayud, Maluenda, Zaragoza. El Cojón de Gato, Vinos Divertidos, Bodega Bal D’Isabena, DO Somontano, Laguarres, Huesca. El Ojo de Liebre es otra de sus creaciones.
Que decir de su vino ‘Ola k Ase‘:
Otro vino con nombre muy original es el Mala Follá de Bodega Cuatro Vientos DOP Vinos de Granada. El enólogo de la bodega, Francisco Molina, tuvo la inspiración de crear este vino para «embotellar la característica más emblemática del granadino, su ‘malafollá’, y ya existen dos tipos, un crianza y un tinto. La propia etiqueta de la botella define la ‘malafollá’ como «un carácter local, una forma de ser, un tópico creado, un ser de una tierra, una deformación de una expresión, no ser malo pero aparentarlo’.
Recordando aquel éxito musical de Os Resentidos en los años 80 y 90, tenemos un vino que ironiza sobre un clásico en Galicia, el tiempo, o el mal tiempo. Se trata del vino Fai Un Sol de Carallo, Ribeiro, de Bodegas El Paraguas Salía a la venta el pasado 1 de diciembre y ya estaba agotado antes de ponerse a la venta. Es lo que tiene el buen marketing.
Orto, es un vino de la DO Monsant, que no deja de ser curioso por su traducción o adaptación al castellano coloquial. Aquello de que te den un ‘orto’, como que puede ser original, pero no suena demasiado agradable.
Otro que roza la insolencia es Fat Bastard, nombre que lo ha llevado a ser mundialmente conocido.
MMM Macho Man Monastrell, es un vino de los creadores de otros como El Gordo del Circo o La Marimorena. Son un claro ejemplo de que la calidad en los vinos se puede unir perfectamente a un marketing inteligente e ingenioso.
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